N° 9 Especial - Lunes 15 de Diciembre de 2014
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Contemplación (1923), mármol de Iván Mestrovic.
El escultor Iván Mestrovic –sin duda uno de los más relevantes artistas de la primera mitad del siglo XX- nació en
1883, en la ciudad de Vrpolje (Croacia), y pasó su infancia en Otavice, un pequeño pueblo en el interior de Dalmacia. Siendo
niño, Mestrovic cuidaba ovejas mientras escuchaba relatos épicos de transmisión oral, canciones populares y baladas
históricas, que lo inspiraron, sin duda, más tarde, al realizar muchos de sus trabajos sobre madera y piedra.
Estudió en la Universidad de Viena y durante esa etapa expuso sus obras por primera vez (1905) con el grupo de artistas de la
Secesión vienesa. Sus trabajos se hicieron rápidamente populares y obtuvo prestigiosos premios.
En los años de la Primera Guerra Mundial enfocó su estética hacia motivos devotos. Muchos críticos lo consideran como uno
de los más grandes escultores religiosos desde el Renacimiento.
Reflejo de esta espiritualidad es la Piedad (1914) de Split o el Crucificado (1917), que se encuentra en el Kastelet de
Split, de intensa impronta expresionista.
Durante el período entre las dos guerras mundiales, realizó gran número de relieves en piedra, figuras y retratos. También
creó originales capillas que albergan su arte. Fue la primera persona en hacer una exposición individual en el Metropolitan
Museum of Art, en Nueva York.
Entre sus obras más famosas, se encuentran La fuente de la vida
(Zagreb, 1905), el monumento a Grgur Ninski (Split, 1927), y
las colosales figuras de indios que se alzan en Chicago
(1928).
Hacia el final de su vida, Mestrovic donó al pueblo de Croacia gran parte de sus propiedades y obras. Sus casas de Zagreb y
Split se convirtieron, con el tiempo, en museos. Vivió sus últimos años en EE.UU; allí falleció en enero de 1962.
Mestrovic es abuelo materno del autor de la entrevista que nos complace publicar en este número especial.
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